ejercicio para una desaparición forzada .
"Tras muchos años en los que el mundo me ha brindado innumerables espectáculos, lo que finalmente sé con mayor certeza respecto a la moral y a las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol" Albert Camus.
"Vaya sobre él, vaya, vaya, vaya! no le crea!, está solo!, no le crea! retroceda ahora, en diagonal, no le crea!" La persecución del poema y la poesía según mi padre jugando fútbol. Mauricio Redolés.
En esa época hubo un periodista que al terminar cada partido de fútbol se acercaba al jugador y sólo emitía una frase... EL GOL ... nunca fue claro para nosotros si esta interpelación era falta de lenguaje o exceso de comprensión del mundo, pero para el efecto que provocaba era lo mismo: total libertad y absoluta obligación.
Su pregunta no proponía contexto alguno ni esquematizaba la posible respuesta. El jugador quedaba ahí, obligado a explicar lo evidente, a estructurar narrativamente lo recién sucedido, y enunciar lo que nosotros también habíamos visto. Estos son los 3 problemas fundamentales que la memoria tiene con el lenguaje: la experiencia , el tiempo y la contrastación.
Entonces ¿qué pasa con lo visto?, ¿qué pasa con lo vivido?, ¿todo queda reducido a lenguaje e imagen? Si, ante la imposibilidad de que el recuerdo abarque todo lo vivido(1) cada persona lo selecciona, organiza y prioriza a través de las herramientas del lenguaje y los usos previstos en el imaginario, un sesgo que está previsto por el grupo social al que pertenecen.
A nivel personal, la memoria es un ejercicio de autoafirmación basado en el olvido voluntario y en una opacidad necesaria(2). La memoria es gramatical, sintáctica, retroactiva y estructurante del sujeto. Es la ejecución de lo que el sujeto pretende de sí mismo, de sus capacidades, de sus predilecciones y predisposiciones.
Pero todo nivel personal está atravesado por lo colectivo y construido colectivamente. Uno no aprende un idioma, uno nace en un lenguaje. En el lenguaje de su contexto, en su territorio, su localización y en sus límites. Uno se reconoce a sí mismo en las habilitaciones y limitaciones que el lenguaje tiene previamente. En su comportamiento histórico, su carga política e ideológica.
Por todo eso, la pregunta por EL GOL es total respecto a la cultura, y específica respecto al sujeto. Es, insistimos, la interpelación total: exige que se inicie el proceso de convertir lo vivido en relato, y a través de ese relato termine de instalarse en la memoria personal y colectiva. Surgen entonces dos problemas simultáneos:
● la resistencia individual a un modo de relato individual. El eso no fue así donde lo vivido (experienciado) se diferencia de lo vívido (percibido); que finalmente es un problema de propiedad del recuerdo (mi memoria es diferente y propia). ● la articulación ideológica de lo visible como forma de no ver. O cómo el testimonio mediatizado (comunicable) adquiere una eficiencia cegadora.
Entonces ¿qué es lo que recuerdo? una combinación tendenciosa entre el relato muchas veces revisado y reescrito de una experiencia, y la respuesta colectiva satisfactoria a ese relato, que lo circunscribe, lo juzga y lo condena. Pero, como toda producción cultural, el recuerdo no es estático y polimorfo , está sujeto a revisiones, resignificaciones y reparaciones. El recuerdo, aunque se afirma y se usa como si fuera inmutable, está cambiando con nosotros, con nuestro contexto.
EL GOL. ¿cómo está escrito y cómo lo leo?, ¿qué muestra y qué oculta?, ¿cómo se hace y qué nos hace?.
Mientras el gol ocurre, el mundo continúa desplegándose en su simultaneidad compleja e inabarcable. Otros relatos están atravesándonos y están siendo apenas descritos en sus diversos grados de certeza y demanda. Porque los recuerdos estructurados en relatos construyen certezas, coartadas y credibilidades (no verdades) y porque la demanda que el relato nos realiza es emocional , abstracta , coercitiva y estructurante.
Entonces, ¿qué hay en el recuerdo además del lenguaje? más lenguaje. Colocaremos sólo dos ejemplos para mostrar esto: la educación sentimental a través del espectáculo y la construcción jurídica de la realidad.
El primero es un caso típico de lo que aprendemos cuando no ponemos atención: el orden internalizado de estímulo - respuesta se organiza en un ciclo de respuesta - satisfacción - respuesta, para educarnos performativamente en la eficiencia de los signos (donde su simplicidad y empobrecimiento son su riqueza) y la estereotipación de la emocionalidad (homogeneidad que genera confianza y cohesión)(3). El lenguaje de la emocionalidad(4) traiciona lo percibido para hacerlo posible.
La emocionalidad es lo propio y lo que urge ser mostrado. Podríamos pensar una obviedad y decir que los canales de comunicación se construyen para hacer la emocionalidad comunicable, pero en realidad lo encauzan y lo prescriben. La emocionalidad es un campo de conocimiento donde no es prioritario lo que sientes ( que sería un esencialismo) sino lo que sabes sentir y puedes comunicar ( una capacidad) , p ara establecer una relación con los demás. Eso es lo individual, la forma en que sentimos propio lo colectivo.
Segundo y simultáneo. Para dar cuenta de lo que escapa de la norma (lo que no está siendo incluido en el estereotipo) el lenguaje se especializa. Veamos este ejemplo: durante la dictadura argentina (1976-1983) personas disidentes fueron secuestradas y su cuerpo (vivo o muerto) fue negado. Pero tanto el delito de secuestro como el de asesinato, al no poder ser probados judicialmente, prescriben y con ello caducan los delitos y la memoria histórica de ellos.
La idea jurídica de secuestro permanente y de detenido desaparecido intentan evitar esta segunda desaparición y hacerle justicia a esa memoria que se resiste a diluirse, transformarse y ser olvidada. La realidad al comportarse al modo del lenguaje jurídico escapa del olvido. EL GOL. Lo que ocurre es lo que aprendimos a percibir y a comunicar, nuestra urgencia de libertad y nuestra necesidad de normas, su uso político, mediático e ideológico. Este gol es el triunfo de la desaparición momentánea del fantasma de la dictadura y sus guerras, pero con su desaparición no aparecen los desaparecidos, sólo los coloca en un otro nivel de opacidad.
La imagen y el lenguaje deben ser indagados para hacer visible aquello que exhibe sin pretenderlo y aquello de lo que habla cuando lo niega con una fuerza sorda, emocionante y luminosa.
EL GOL.
Jorge Sepúlved a T. y Guillermin a Bustos para la obra ejercicio para una desaparición forzada (0-0) de Nicolás Bertona.
(1) ver Funes el memorioso (1942) de Jorge Luis Borges (1899-1986)
(2) esta obligación de opacidad y olvido que el lenguaje ejerce sobre el recuerdo es lo que construye el secreto, aquello que es secreto incluso para nosotros mismos.
(3) una versión shakespeareana sería solo se duele de verdad quien se duele solo. (el resto es espectáculo).
(4) el lenguaje de la emocionalidad es lo que lo convierte en sentimentalidad, y lo dispone a la afectividad , esto es la posibilidad de la relación de mutua afectación con los otros.