Aprehender el error, situar el trabajo.
Residencias de producción en el Gran Buenos Aires (Argentina)
En plena convocatoria abierta para el ciclo de residencias 2020, el equipo de trabajo de Rojo al Frente busca compartir algunas ideas sobre cómo y porqué elegimos el formato de residencias para incorporarlo a nuestro proyecto.
Notas preliminares. Un método de trabajo.
A lo largo de las dos temporadas de exhibiciones de Rojo al Frente, desarrollamos un guión curatorial dedicado a pensar distintas herramientas o fenómenos para resistir a la inercia que nos vuelve apáticxs y mecánicxs; cuando la mirada crítica se nos disuelve en la lógica del neoliberalismo que parece coptarlo todo. En cada una de esas experiencias, convocamos artistas y les invitamos a poner en diálogo sus procesos.
Las salas de RAF se convierten en espacio de posibilidad. Un campo de preguntas. La activación -palabra que elegimos al entender el arte contemporáneo como una práctica que hacemos juntxs, desde un conjunto de signos- nos convoca a producir lecturas colectivas sobre cuestiones que nos cruzan, a partir de las prácticas artísticas.
Durante las seis experiencias que precedieron a este proyecto en 2019 pensamos el género, los memes, el trabajo, el deseo, la pintura y el tiempo, entre otros. Cada exhibición pretendió brindar una línea de entrada a las obras que la componían, un punto de inicio para la conversación. A partir de ahí, los cruces de sentido fueron tejidos con lxs artistas y lxs visitantes semana a semana.
En esta oportunidad, RAF presenta un nuevo formato: las residencias de trabajo para artistas. Con los mismos objetivos: creemos en la importancia de generar un espacio abierto de producción para artistas que busquen poner en diálogo sus procesos, en contacto directo con otrxs artistas y con la comunidad.
¿Cuál es el aporte de un taller compartido y abierto? Exigirnos nuevos contextos de tensión que nos hagan mejores. Aprovechar el dispositivo del cubo blanco para construir un territorio que -aunque la mentira de la esterilidad haya sido superada- nos permita ensayar otros riesgos.
Lxs cuatro artistas convocadxs e invitadxs comparten el hecho de trabajar desde los lenguajes visuales, hacia fuera de los mismos. Esto constituye el espacio de trabajo como un medio, como un posible requerimiento. La propuesta fue a habitar el espacio. De la sala (casi) blanca a la apropiación total. Del desconocimiento y la pregunta, al registro de la experiencia. Así convocamos a Guillermo Galiano (AR), Eugenia Rodríguez (AR), Gastón Silveira (AR) y Samir Quintero (CO)
Invertir el orden de un proyecto exhibitivo nos permitió comenzar por lo potencial, para entender el proceso de trabajo mientras ocurre. Asumir que no conocemos la respuesta es entender el estado de pregunta y excepción como tiempos expandidos, para no rechazarlos, sino concebirlos como insumos para la producción artística de este tiempo. Nos lanzamos a esta nueva aventura y esperamos que nos acompañen en el viaje.
Registro de un contagio
Nos propusimos, entoces, situar el trabajo. Volverlo específico. Confiar en la propia búsqueda práctica, laboriosa. Desromantizar la producción, pensarla en un sistema material. Situar ese sistema, escuchar las tensiones. Volver al trabajo. Durante dos semanas, convertimos las salas de exhibición en un taller para cuatro artistas. Lxs invitamos a compartir un espacio de trabajo. Sin pautas, consignas o tareas preconcebidas.
Si bien la propuesta no consideraba un proyecto colectivo, tampoco lo negaba. A su vez, el trabajo fue interrumpido por conversaciones grupales, visitas a espacios y encuentros con otrxs artistas locales. El trabajo vuelve a estar situado en un circuito. Trabajar en RAF implica habitar San Martín, conocer a sus agentes, escuchar sus ruidos y pensar lo propio desde esta localía. Los proyectos instalados en las salas de RAF en estos momentos, resultan del trabajo de cuatro artistas que encuentran en su práctica un espacio de reflexión.
Si bien lo que vemos es un conjunto de materia inmóvil, debemos recordar que -hasta el momento inmediatamente anterior a permanecer así- esa materia fue vehículo de una investigación que la excede. Así como excede a esta exhibición y a la condición material de los objetos con que estxs artistas trabajan. El sitio específico implica un diálogo con el espacio, una escucha particular para lograr la administración de los conflictos entre sus lógicas y la propia práctica.
Esta apuesta devuelve nuevas nociones sobre los límites de la obra y la capacidad de adaptación; pero además, la posibilidad de desplazamientos y la certeza de que ninguna idea es permanente. En la tarde de ayer, en la última conversación grupal surgió una palabra: contagio. Esta idea nos permitió volver a pensar cómo la dinámica de trabajo estuvo tan ligada a la condición del medio compartido. Sin embargo, concluímos que es la decisión de asumir esa condición de trabajo, la que permite que algo pase.
La experiencia de CDP19 está activa ya en la práctica de estxs cuatro artistas, pero también en el proyecto integral de RAF, así como en la comunidad de San Martín. Cada quién encuentra en este terreno la posibilidad de la excepción que nos permite indagar en la incertidumbre para seguir probando cómo vivir mejor y trabajar juntxs.
Lic. Federico de la Puente / Curador de arte contemporáneo. RAF (Noviembre 2019, revisado en Enero 2020)
Aplicá ahora a CAMPO DE PREGUNTAS 2020. http://rojoalfrente.com/residencias-para-artistas/
Cierre de convocatoria: 31 de Enero 2020 Primer bloque de residencias: Marzo – Julio 2020 Duración de cada residencia: 20 días