Loja
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La cultura lojana se forjó a partir del siglo XVI, tras la fundación española de la ciudad de Loja. El modo de existencia de las sociedades aborígenes cambió drásticamente, imponiéndose la matriz greco-latina y judeo-cristiana en una experiencia de mestizaje cuya producción se constata en el lenguaje, las edificaciones, creencias, usos y costumbres. Entre los siglos XIX y XX algunos de estos aspectos se desarrollaron hasta dotar a la sociedad lojana de las características de las que goza hoy en día.
Entre las décadas de 1970 y 1990 la ciudad experimenta una importante dinamización en el ámbito que nos ocupa, desde la fundación en 1973 de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Técnica Particular de Loja y la Sección de Artes Plásticas del Instituto de Cultura y Arte en 1976, hasta la creación de la Carrera de Artes Plásticas en 1989, las dos últimas pertenecientes a la Universidad Nacional de Loja.
No se puede entender la dinámica de la plástica contemporánea en Loja, sin considerar los movimientos en los que se hallan envueltas sus universidades. Será pues desde ese contexto y durante la década de los años setenta que dará inicio a su progresiva presencia en la ciudad y la región.
Los planteamientos plásticos y estéticos asociados a las dos citadas universidades muchas veces se han manifestado antagónicas. Esto se percibe con más claridad a través de la profusa pintura mural en espacios públicos y privados, que si bien bebe de la común admiración hacia el muralismo mexicano, tiende en el primer caso al decorum de las edificaciones mientras en el segundo se impone el imaginario del realismo social. Las composiciones se presentan como atisbos de las posiciones o de los puntos de vista con los que cada artista se enfrenta y captura una porción de su mundo: su cuerpo puesto en relación con otros, cuerpo social o cuerpo de la tierra, con los signos del ser del pasado, lejado o inmediato, heredados incluso muy a pesar y con los cuales se da la impostergable tarea de producir sentido.
texto: Diego S. González O.
foto: Edison Toapanta Mendoza, Loja 2019
