Arte contra la invisibilidad de la comunidad LGBT. Cinco casos en Perú: Héctor Acuña.
Héctor Acuña (Lima, 1971) es Frau Diamanda, la persona y el personaje o más bien la persona y su creación. Como ocurre en otros/as artistas, a la hora de analizar su obra nos damos cuenta de que su obra principal, la que explica y resume todo su trabajo y sin el que es imposible explicarlo son ellos o ellas mismas. Quiero decir que el personaje que encarnan y a través del que hacen su obra es su propia creación. Esto pasa, por ejemplo, con Ocaña, nuestro universal artista de las Ramblas de Barcelona. La mejor y más fundamental obra de José Pérez Ocaña es precisamente esto: Ocaña.
o mismo pasa con Acuña, su creación es Frau Diamanda y sólo es que a través de “ella” realiza su trabajo, sus performances.
Es un binomio bastante complejo que aún hasta ahora intento descifrar: Frau Diamanda es mi creación, pero a la vez es mi hija, mi amante, mi madre-padre, mi puta y mi chulo, todo en un mismo ser escindido que se retuerce de regocijo al hacer lo que se le da la gana siguiendo una lógica perversa e infecta. Frau Diamanda maneja un gran poder de iconización, deseo y desborde sexual, pero al final quién sabe, quizás Héctor es la más zorra en este juego de engaños y equivocaciones. En todo caso, Héctor sí puede vivir sin ellx, pero Frau no podría reencarnarse en otro cuerpo que no fuera el de su soporte de carne y hueso, en todo caso, su legado ya está servido para la posteridad en formato multidisciplinar desde video arte, performance, cine, teatro hasta música electrónica [4].
Su trabajo, para el que no ha pasado por universidades ni academias, es fundamentalmente experimental, pero muy bien articulado desde la utilización de la idea del drag y de las posibilidades estéticas, pero también políticas del cuerpo trans. La combinación de ambas resulta en una mezcla explosiva, irreverente, que le permite articular unos discursos que van más allá de lo artístico, o a través de esto a lo político. Una puesta en escena y un discurso dirigido a “incomodar” y desde aquí despertar las conciencias, por eso es, también o fundamentalmente político y eso teniendo en cuenta que su trabajo está planteado desde lo sado-maso, cuir, fetish, postporno o porno.
Lo político no entendido como el juego de partidos de parlamentos sino en su sentido auténtico, lo que atañe a la res-publica. Como lo expresa Acuña/Frau hacer política no es pertenecer a un partido y dar discursos. En su caso es trabajar con y mostrar su cuerpo travesti. Cuestiona el cuerpo en sí y la percepción social del mismo.
Desde sus comienzos ya se marcaba bien lo que quería hacer, hasta dónde quería llegar. Se inició en la onda NewWave, clubes y locales de encuentro de gente vestida de negro y que escucha música de los ochenta. Por allí pasaban muchos personajes famosos de la ciudad, periodistas, artistas, gente de la televisión. Esto le permitió llegar a espacios culturales donde su personaje tomó una nueva dimensión, sobre todo el poder trabajar en el Centro Cultural de España. Ya en esos años estaba iniciado en esas movidas con Giuseppe Campuzano y Eduardo Bermejo, con los que iba a las fiestas y experimentaban con cosas “nuevas”.
A mediados del 92 Héctor se travistió completamente por primera vez. Eduardo le prestó ropa y se maquilló para salir a la calle. Héctor sintió temor de meterse de lleno al mundo del travestismo, hasta ese momento no había sido tan radical. Fueron a una fiesta New Wave en Lima donde todo el mundo ya lo conocía y pese a que eran abiertamente homosexuales, los respetaban, nadie se metía con ellos, quizá porque les tenían miedo o porque no entendían lo que hacían [5].
Pero al mismo tiempo que todo esto, la sexualidad rompedora y expuesta, para armar una propuesta artística sólida hace falta algo más, que es la preparación. Por eso ellas también estudiaban, leían todo aquello que les pudiera servir para tener una base sólida en la que asentar su trabajo, tardes en el cineclub viendo películas de estéticas afines a la suya. Sin esto segundo no es posible consolidar lo primero y Acuña lo supo hacer muy bien. Por más que sus acciones pudieran parecer sacadas de la nada, de la pura improvisación y deseo del momento, están muy bien maduradas. Eso es lo importante porque el arte, si tiene algo claro es que es una construcción del pensamiento.
Su trabajo, su proceso, va desde el travestismo a la transformación más profunda: la estética, la de las mentalidades y las de las formas de pensar. Desde el punto de partida que suponía en esa época el trabajo de Cantizano, el mayor del grupo, comenzaron sus acciones interviniendo en espacios como las galerías de arte, sobre todo en la Parafernalia, pero no como algo previsto sino llegando y ocupando el lugar, irrumpiendo en una escena dada. Incluso en algunos locales donde se reunía gente del colectivo LGBTQI+, donde se podría decir que ya existía una cierta cultura gay este grupo supo crear una subcultura como en las discotecas gays de Miraflores Studio One y The Cage, donde no siempre eran bien recibidas.
Como lo explica
El travestismo como artificio forma parte del arte corporal y está instituido en el arte desde la antigüedad, desde los rituales mágico-primitivos hasta el teatro griego. El disfraz, la máscara, el maquillaje y el vestido están encaminados a crear, o mejor dicho, a re-crear un doble, un otro Yo utilizando el propio cuerpo como soporte de lo falso. La elección de la forma femenina no es sólo una cuestión de transgredir el género como forma liberadora del pensamiento y resulta la prueba fehaciente de la existencia de modos de vida alternativos. De este modo, podemos afirmar que el travestismo es una creación humana voluntaria y espontánea, y por tanto, constituye una forma de expresión y conducta tan válida como cualquier otra propuesta humana cultural. Implica un reinventarse a sí mismo, recrear sobre el cuerpo las formas deseadas en busca de un ideal de belleza a través de métodos que van desde requiebros imposibles, dolor físico y tortura voluntaria hasta la cirugía. Se trata de un arte del artificio, la imposición de un dummy sobre un soporte de carne y hueso [6].
Algunas obras suyas, de las más emblemáticas son Elektrik, Pink, Punk Video Arte, Frau Diamanda con Abel Kavanagh (2003), Quiero ser la próxima chica Almodóvar (2012), Pornopoder para festival on line Open Borders UCLA USA (2008), A la Dietrich con Angie Bonino (2003), El Estigma y la Mártir (2006) performance que rindió un homenaje a todas esas personas del colectivo LGBTQI+ que fueron primero estigmatizadas y luego agredidas o incluso asesinadas por la violencia del conflicto interno. Una memoria traumática tanto personal como colectivamente y Video: Suktion 014(2014) y su proyecto PORNÍFERO, Festival de Videoarte Postporno Iberoamericano (2017), un evento en el que se exhibieron obras que presentaban
libertades visuales derivadas de prácticas radicales en un contexto iberoamericano lleno de regímenes políticos asesinos y dictatoriales cuyo rasgo principal es el uso de la tecnología e intercambio de información. La colección del material programado refleja una disparidad estética y propositiva, pero se unifica a través de la práctica de sexualidades disidentes que interpelan el corpus heteronormativo [7].
Como decía, el apoyo del Centro Cultural de España en Lima fue fundamental para que su trabajo llegara a un público más amplio y por ser un espacio institucional de cultura. En 2004 presentó allí la ya comentada exposición Fraumorphing: Experimento de Estética (2004), en el que formó parte como artista (Frau Diamanda) y fue el comisario y presentó también la obra de Mónica Pasco, Frank García, Sun Cok y Miguel Rivero.
Creó en la sala un salón de belleza, como referencia a que a los gays se les asocia muchas veces con este trabajo y muchas damas requieren de sus servicios porque entienden ellas que estamos más atentos al cuidado corporal, la estética y los tratamientos de belleza.
Frau Diamanda: Corpus Delicti (2009) también tuvo lugar en este centro cultural a modo casi de exposición retrospectiva, ya que presentó una recopilación de sus acciones, performances y participación en proyectos de otros artistas. La muestra recogía fotografías y vídeos. Fue una muestra de audiovisuales, fotografías e instalaciones que expuso su trabajo de diez años en colaboración con otros artistas, que tomaron a Frau Diamanda como “objeto de arte”. Allí se pudieron ver las obras de Laura Batticani, Germán Ballesteros, Christián Bernuy, José Carlos Martinat, César Delgado Wixan, Frank García Photon, Joseph de Utía, Giuseppe de Bernardi, Luisa Fernanda Lindo, Sun Cok, Sandra Muñoz, Angie Bonino, Abel Kavanagh, Juan Carlos Yanaura, Juan Méndez, Miguel Rivero, Ricardo Valentine y Carla Montalvo.
Frau Diamanda se concibe como una ficción viviente creada a partir de elementos disÍimiles y múltiples - que van desde una estética marginal revalorizada hasta la sublimación del glamour corrosivo - para explorar el otro lado del espejo como el artista transformado o la imagen reflejada. Narciso-travesti atraviesa la delgada película que separa la realidad de lo imaginario y se torna en objeto de arte. Se ha convertido en medio u obra en proceso llamada a una transubstanciación contínua. Es un ente mutante, a la vez imagen y material, donde el juego doble entre el objeto y el sujeto se cierra. Su obra no acaba en el cuerpo trastocado, sino todo lo contrario; empieza en el momento en que sus acciones sirven para alumbrar nuevas producciones, cuya puesta en escena, textos y discurso, serán recogidos en fotografía y/o video completando su propuesta artística de obra-acción.
Frau Diamanda Es la irónica creación de un personaje insólito, un auténtico símbolo paradigmático del glamour corrosivo que recurre al maquillaje y vestuario, a la fotografía y video, a la acción y souvenir fetiche para dotar progresivamente de verosimilitud al simulacro. Para obtener a Frau Diamanda, se debe mezclar en una licuadora full speed un poco de glam, camp, porno y queer junto con algo de punk, fetichismo, subversión y altas dosis de muy buen gusto y se obtendrá un producto incomprensible e incomprendido. En definitiva, Frau Diamanda es un híbrido transcultural abierto a la posibilidad de transformar mentalidades [8].
Como performer ha seguido un camino impecable y coherente en sus propuestas, ha llevado la transgresión y el morbo a unos niveles de elegancia visual que aunque muy en la línea del cutrelux de los ochentas, las ha dotado de un envoltorio más preciso, de un perfume de gran diva de la performance. Frau Diamanda es sin dudas la Calas del performance peruano aunque algunos la consideren de manera más nacionalista la Yma Sumac de la performance y es que a Frau Diamanda la quieren cada vez más peruana [9].
La imagen de los héroes de las naciones, aquellos -y en algunos casos aquellas- que se erigieron en salvadores, fundadores o reformuladores del espíritu del pueblo se convierten en un icono de la nación, santos laicos objeto de veneración. Una imagen-símbolo que tantas veces se ha utilizado, tanto para bien como para mal, pervirtiendo muchas veces su pensamiento y su legado.
En cualquier caso esta imagen-patria se convierte en una iconografía intocable, sacralizada. Cualquier atentado a ella se toma como una agresión a la Nación.
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NOTAS:
4.- https://hysteria.mx/entrevista-con-hector-acuna-frau-diamanda/ 5.- https://ivanpevi.wixsite.com/tecnicasenperiodismo/frau-diamanda 6.- Acuña, Héctor (2004) Artificio: El Cuerpo del Delito, texto curatorial para la exposición “Fraumorphing: Experimento de Estética”, CCE Lima. 7.- https://sureandoelcuerpo.wordpress.com/2017/06/17/pornifero/ 8.- Del texto La Multimirada desde el Espejo de Yuri Gómez para la exposición. 9.- Del texto de Ricardo Ramón Jarne para la misma exposición.