Enio Iommi y el surgimiento del Movimiento de Arte Concreto en la Argentina
Lorena Virgone
Antecedentes y trayecto del Movimiento
El surgimiento de la Asociación Arte Concreto invención, tiene algunos estadios inmediatamente anteriores como el Art Concret Invention y el Movimiento de Arte Concreto-invención y el germen de todos estos movimientos que fue la publicación de Arturo. Revista de Artes Abstractas. Podemos ilustrar la situación en la que surgen estas corrientes con las palabras de Oliverio de Allende[1] describiendo en anacronismo en el arte local de ese momento: “Oculto o no, 1874 (el impresionismo) pervive en la producción plástica argentina, que de esta suerte y aun como eco, padece de un atraso-inautenticidad histórica-de casi setenta años. (…) Es inútil que aquí o allá intenten disimularlo con esguinces de intención expresionista, con piruetas cubistizantes o disfraces surrealistes”. La Academia que dirigía Pío Collivadino prohibía cualquier ensayo modernista y esa fue la Academia que rechazaron Maldonado, Hlito, Girola y Britos, en ese contexto salió el primer manifiesto “Manifiesto de los cuatro jóvenes” en repudio al extremo clasicismo y a los premios que se entregaban excluyentemente a temas tradicionales.
Empezaron a agruparse con otros artistas en el Bar Rubí y el tema siempre era el arte moderno, aunque rechazaban el expresionismo y el surrealismo. En cambio se interesaban en el Constructivismo ruso, De Stijl, el Suprematismo y la Bauhaus. De Joaquín Torres García valoraban que hubiera importado el constructivismo, pero rechazaban como había continuado su experimentación.
En 1944 el grupo publica Arturo[2], y ahí se sientan las bases programáticas: LA INVENCION.
Extraigo este fragmento:
“Inventar: Hallar o descubrir a fuerza de ingenio o meditación, o por mero acaso, una cosa nueva o no conocida. / Hallar, imaginar, crear su obra el poeta o el artista. /Invención: Acción y efecto de inventar/ Cosa inventada./Hallazgo/invención contra el Automatismo”.
También ingresan la problemática del marco-ventana y de la perspectiva brunelleschiana. Contra esto proponen el marco recortado que había trabajado Hans Arp y los componentes plásticos puros, cosa que trabajarían desde el inicio y después marcaría la totalidad de la producción de Raúl Lozza por ejemplo.
En 1945 comienza lo que Damián Bayon denomina la “batalla de Buenos Aires” los constructivistas contra la figuración, el realismo y surrealismo o sea, los muralistas, el Grupo de Paris y el Grupo Orión. El 8 de octubre es la primera muestra privada en la casa del psicoanalista Pichón Riviere, la segunda seria el 2 de diciembre en la casa de la fotógrafa ex integrante de la Bauhaus, Grete Stern. La primera muestra pública se haría en el Salón Peuser de la calle Florida, el día 18 de marzo de 1946, esta muestra reuniría trabajos de Caraduje, Espinosa, Girola, Hlito, los tres hermanos Lozza, Maldonado, Molemberg, Mónaco, Núñez, Prati, Souza y Enio Iommi, quien había hecho su primera escultura abstracta el año anterior (“Direcciones Opuestas”, anteriormente el escultor se había dedicado a la escultura tradicional ya que su padre le enseño el oficio desde que era pequeño). Los artistas repartieron en plena calle volantes que acompañaba teóricamente los postulados prácticos de la muestra. El escrito redactado por Tomas Maldonado hacía abierta la cruzada:
“(…) así, estamos contra la cobardía mental y técnica de los neorrealistas, fotógrafos ´a mano´ de sus representaciones paralíticas y morbosas; contra los que se nutren del recetario del tránsfuga Lothe; contra los líricos del clavel marchito y los mundos interiores, que pretenden reeditar, en nuestro tiempo de reconstrucción y lucha, un romanticismo para interiores; y, finalmente contra los superadores, falsos dialécticos, que hablan de la ´abstraccion´ como un suceso artístico de hace veinte años, ignorando el desarrollo del arte no-representativo en la ultima pre-guerra”.
Pero no se contentaron solo con el volante, también publicaron el Manifiesto Intervencionista[3] también redactado por Maldonado y firmado por todos los participantes como parte del catalogo de la muestra. Un hito para la vanguardia local que no tiene antecedentes, no solo por su tono (respecto a esto una de las mas importantes teóricas en el tema, Nelly Perazzo, explica al concretismo emparentándolo con las vanguardias europeas por el vuelta de pagina que pretender dar respecto a sus sucesores y por su tono beligerante) sino también por su programa:
“La era artística de la ficción representativa toca a su fin. El hombre se torna de más en más insensible a las imágenes ilusorias. Es decir, progresa en el sentido de su integración en el mundo. Las antiguas fantasmagorías no satisfacen ya las apetencias estéticas del hombre nuevo, formado en una realidad que ha exigido de él su presencia total, sin reservas. (…) La estética científica reemplazara a la milenaria estética especulativa e idealista. (…)Es que todo el arte representativo ha sido abstracto. Sólo por un mal entendido idealista se dio en llamar abstractas a las experiencias estéticas no representativas. En verdad, a través de estas experiencias, hubiese o no conciencia de ello, se ha marchado en un sentido opuesto al de la abstracción; sus resultados, que han sido una exaltación de los valores concretos de la pintura, lo prueban de un modo irrecusable. La batalla librada por el arte llamado abstracto es, en el fondo, la batalla por la invención concreta. (…) El arte concreto habitúa al hombre a la relación directa con las cosas y no con las ficciones de las cosas. A una estética precisa, una técnica precisa. La función estética contra el ´buen gusto´. La función blanca”.
La obra concreta de Enio Iommi fue producto de su época, influenciado por el futurismo de Boccioni vio en el italiano la posibilidad de representar las fuerzas y el movimiento, aunque también la premisa de maquina=modernidad. Iommi explica el tema en una entrevista concedida a Cecilia Fiel[4]
“(…) Eran los principios de la industria argentina. Entonces yo usé esos materiales como me los entregaba la industria, no los modificaba, los dejaba como los compraba en la casa de materiales y lo que yo desarrollaba con esa fuerza industrial eran las formas geométricas y las líneas que creaban direcciones en el espacio”.
Tomas Maldonado reflexiona sobre los dichos de Max Bill, el exponente del Konkret Kunst junto con Theo Van Doesburg homologa el arte moderno con un método científico:
“Pero el arte concreto no es ni mas ni menos que un método. Un método, por otra parte en continua renovación y verificación. (…) Bill señala la necesidad de comenzar a mirar la ciencia con ojos nuevos, o sea, como principal suscitadora de una nueva temática (…) lo que en realidad sostiene es que la ciencia debe estar presente tanto en la forma como en el contenido de la obra de arte. Y esto no debe entenderse tampoco en un sentido literal, como reproducción mecánica de nuevas realidades descubiertas por la ciencia de hoy, lo que seria una nueva forma de naturalismo (…)”[5]
Estos postulados se hicieron carne en Iommi en toda la etapa inicial que luego abandonaría después de Adiós a una época, allá por los años 70 cuando empezaría a trabajar con materiales mas toscos, basura, abandonando lo lineal en pos del volumen.
Cecilia Fiel: ¿Quiénes han marcado más su obra?
Enio Iommi: Yo tuve dos padres espirituales. Nunca los conocí, fueron Max Bill y Vantongerloo.
Exposiciones y afianzamiento del Movimiento
El año de 1946, el de la primera muestra publica, seria un año en el que Enio Iommi crearía un conjunto de piezas con las que inicio la seria de “esculturas direccionales”, para Guilio Carlo Argan se trata de “construcciones plásticas” porque el artista anula la finalidad, los materiales y procedimientos de la disciplina tradicional. Nada queda de la escultura tradicional. Una morfología plástica que remite a nada, según el escultor: “En la primera etapa quise plasmar la no figuración, es decir, descartar la figuración e inventar, inventar formas”[6] y la gran diferencia con Torres García es justamente eso, su figuración: “Torres García trae el arte constructivo y después pone pescaditos y casitas, estaba confundiendo las cosas. No tenia nada que ver con nosotros (…) Nosotros descartamos todo eso. Nuestro pensamiento estaba puramente en el arte concreto”[7].
“La carga física se haya reducida hasta el limite de la desmaterializacion. Todas son estructuras visuales ´minimas´ capaces de provocar en el espectador un desplazamiento de sus criterios de valoración por la ausencia de los caracteres de la escultura. Muchas de ellas se reducen al rítmico arabesco dibujado en el espacio por una varilla de metal, casi inmaterial”[8].
Iommi iniciara una búsqueda experimental mas alejada de la matemática que le pondrán de manifiesto sus diferencias con Tomas Maldonado. Entre esas obras esta “De un lado u otro se ve”. Refiriéndose a una maqueta según el propio Iommi muy rara que le mostró un día a Maldonado, este le dijo: “´Bueno, pero esto no es arte concreto´ Entonces yo le pregunte ¿pero todos los días hay que hacer arte concreto? No me dejan libertad, soy persona y tengo derecho de vivir”[9]. Faltaban algunos años para ingresar a la segunda etapa: geométrica también, pero mas liberada y expresiva. Pero mientras el continuaba experimentando, los trabajos grupales seguían aflorando, el Manifiesto que estaba impreso en el volante de la Muestra del Salón Peuser salía en agosto en las paginas del primer numero de la revista Arte Concreto-Invención. Allí se reproduce “Escultura lineal” de Iommi, también hacen mención a su adhesión al Partido Comunista y a la Causa Soviética. En septiembre se realizo la Tercera Exposición de la Asociación en el Centro de Profesores Diplomados de Enseñanza Secundaria. El 11 de octubre se inauguro la muestra en la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos. Enio Iommi también participo junto con la Asociación en otra muestra en Galerías Pacifico.
Las muestras se sucedían pero no había repercusión por parte de los medios, es muy escaso el material de la época donde aparezcan, y mas difícil aun, una nota que los elogie. La prensa de esos tiempos se armaba en elogios para el bando “enemigo”: Berni, Castagnino, Colmeneiro, Urruchua y Spilimbergo.
La primera muestra pública fue nombrada por el Diario La Prensa en un sector de promoción para exposiciones del tamaño de un clasificado de Segundamano (solo un par de líneas), sin ningún tipo de apreciación sobre su arte. Sobre esa misma muestra Iommi contara una anécdota muy ilustrativa de lo que fue el rechazo que tuvo que vivir: “(…) al día siguiente de la inauguración despidieron al encargado de la galería por dejar exponer puntitos, una línea, un volumen en el espacio. Esto era fuerte para aquel momento porque la ignorancia respecto de lo que era el arte no figurativo era total en la Argentina”[10] El Diario La Nación, que tenía un suplemento de arte y cultura que salía desde ese momento los días domingos, los ignoro por completo. La prensa y los artistas ya consagrados veían en su arte una farsa. Jorge Romero Brest, hombre indisociable de las vanguardias locales (quien conoció a Max Bill en persona, cosa que el propio Iommi paradojicamente no pudo) cuando por entonces tenia la revista “Ver y Estimar” donde albergaba textos de diferentes protagonistas de las vanguardias extranjeras como Kandinsky y Van Doesburg no encontró lugar para los locales, y recién en el numero 6, Damián Bayon dice "( …)en general este grupo revela inmadurez, precipitación para presentar sus obras, falta de autocrítica”[11] Unos años mas adelante en la historia el propio Brest pronuncia diferentes tipos de descrédito para con ellos, primero cita un trabajo inédito de Francisco Bullrich[12] donde este dice que hacia 1944-45 tenían una información fragmentaria del movimiento europeo, y que recién en 1948 pudo observarse la influencia de Bill, Vaantongerloo y Vordenbergue, después de los viajes a Europa de Maldonado y Girola. Y después hablará en su propia voz sobre Iommi y su hermano Girola:
“Tal vez no hayan sido grandes creadores, menos ahora que ya no son concretos, pero justo es decirlo nadie llego por aquí a tamaña profesion en el hacer escultórico” (…) Iommi y Girola perfeccionaron el oficio sin mayores innovaciones”[13].
Hubo muy pocos que analizaron y vieron el alcance revolucionario de la obra de los concretos y de Iommi, uno de ellos fue Jorge B Rivera, autor del libro del Arte Madi y del articulo de tres paginas “La Vanguardia argentina en la década del 40” que me interesa rescatar:
“(…) la vanguardia del 40 como tantas experiencias rioplatenses, tuvo el duro handicap de gestarse a miles de Km. de los grandes centros de consumo y prestigio artístico, y de no contar, por añadidura, con una critica informada e inteligente (una notoria excepción fue Juan Jacobo Bajarlia, quien ya en 1946 detecto el fenómeno y lo analizo en ´Literaturas de vanguardia´) o con prensa desprejuiciada y generosa, capaz de brindarle el crédito y el espacio que realmente merecían sus propuestas originales y renovadoras. Cabe preguntar, en este sentido, frente a fenómenos posteriores que acaparan la atención publica y oscurecieron este significativo episodio, que proyecciones hubiese adquirido de haber contado, por ejemplo con el respaldo o por lo menos con el interés objetivo de medios de comunicación y promoción similares a los existentes en las grandes metrópolis culturales europeas. Inclusive, para remitirnos a un ejemplo bastante cercano y proseguir en el plano de las locas hipótesis: ¿Qué hubiese ocurrido de haber contado con un aparato institucional y con una cobertura similar a la que brindaron los medios a diversos fenómenos-ni tan originales ni tan nuevos- de la vanguardia ´ditelliana´ del 60?”[14].
Otro nombre importante en el rescate de la figura de los concretos es el de Nelly Perazzo, su libro “El arte concreto en la Argentina en la década del 40” editado en 1983 fue una de las puertas de entrada para la investigación de ese grupo artístico, se sucedieron a ella algunos seminarios de investigación en la Universidad de Buenos Aires, y muestras en el Museo Sivori en 1980 que ya tenían como fin rescatar el movimiento y ponerlo en el lugar merecido.
Retomando la línea cronológica del trabajo de Enio Iommi en octubre de 1947 exponen en el Salón de Arte Nuevo en el Salón Kraft. Una critica del momento del semanario órgano del Partido Comunista “Orientación” (que había sabido albergar notas escritas por Bayley y a favor de los concretos en general en 1946), posterior a su ruptura con el Partido Comunista- el PC los echo casi a todos incluyendo a Iommi- escribiría la nota “La flecha en el blanco” en relación con la muestra:
“Se ha reunido en tres salas toda la cachivache ría que se expone bajo la responsabilidad de los cultores del arte Concreto, arte Invención y arte Madi. Los cultores de la mala pinturería y la pésima carpintería reunidos en la exposición no tienen nada que ver con el arte y menos con el arte de avanzada (…) Este es arte de avanzada y arte concreto, señores proyectistas de rejillas estrafalarias y de peceras sin fondo (refiriéndose a la muestra de esos días de Castagnino)”[15]
Dos meses después inauguraría el Segundo Salón de Arte Nuevo en ese momento se produce una fractura en el grupo: Los hermanos Lozza se abren y crean el Perceptismo, otros integrantes como Núñez, Caraduje y Mónaco se van definitivamente.
Entre 1948 y 49 Iommi participa en muestras en el exterior. Ese último año Iommi, Hlito, Maldonado, Girola y Prati comenzaron a usar el nombre de Grupo de Artistas Concretos, dando vuelta la pagina de la asociación. En 1950 en el Instituto de Arte Moderno fue la última manifestación pública de ellos como grupo. En esos tiempos Tomas Maldonado también se ocupaba de la redacción de Nueva Visión, revista de cultura visual, dedicada a las artes, arquitectura, diseño industrial y la tipografía. En 1952 Aldo Pellegrini convoco al Grupo de Artistas Modernos y a los Abstractos independientes (Fernández Muro, Grilo, Ocampo y Aebi) a exponer, bajo su idea de selección artistas no figurativos que según su criterio tenían calidad y valores visuales. Nacía el grupo de Artistas Modernos de la Argentina y exponían en la Galería Viau. En el catalogo Pellegrini escribe:
“(…)por obra de un sinnúmero de artistas y a partir de esas experiencias fundamentales se llego a la libertad absoluta del color, la línea y la materia que el artista en adelante subordina a las necesidades exclusivas de la creación. Lo extraplastico, lo anecdótico, la subordinación de la pintura a temas extraños a ella quedan totalmente eliminados (…)”[16]
Después de la muestra el grupo se desintegro, para Enio Iommi:
“duro poco, porque no había una idea, una estética común, la obra de Fernández Muro no tenia nada que ver con lo que hacíamos Hlito, Maldonado y yo. Pellegrini nos había reunido, éramos amigos, no era como el Grupo Arte Concreto, que se unió por razones ideológicas y estéticas. Este fue el ultimo grupo en el que intervine”[17].
Esta en la transición con la segunda etapa, la etapa barroca que le durara 25 años de experimentación y por 1958 inauguro su primera muestra individual en la Galería Pizarro, adquiriendo repercusión y éxito en críticas (que durante toda su trayectoria le habían sido esquivas) y ventas por partes iguales.
Enio Iommi que ya había conseguido “la formula” podría haberse quedado en ese cómodo lugar, no lo hizo, con Adiós a una época en 1977 comenzaba su tercera etapa, donde los protagonistas eran los elementos encontrados y el adoquín, la crítica lo vio como “(…) una boutade montada por el espíritu travieso de Iommi (…)”[18].
El público escribía bromas en el cuaderno. El escultor rememorando esta etapa cuenta :
“ Deje de usar maquinas complicadas para hacer ese trabajo de arte concreto para el cual necesitaba maquinas muy precisas para adosar chapas; abandone todo el sistema industrial para pasar a lo mas primitivo porque la forma iba a tener un sentido primitivo y lo primitivo era a mano. Entonces trabajaba con la mano, ataba esto o aquello y lo que iba saliendo, salía” (…) si yo seguía haciendo mi trabajo escultórico –digamos, concreto- tenia dos posibilidades, una buena, seguir vendiendo y obteniendo plata, pero no tenia arte, entonces me dedique a hacer arte y a no tener plata, porque los adoquines ¿a quien se los vendía? A nadie (…)[19]
“Yo creo que la función del escultor es encontrar un nuevo material. El espacio en la escultura es como un habitar. Al no haber un material para transformarlo, voy transformando el espacio. Porque al fin y al cabo al espacio lo vamos ampliando” ENIO IOMMI, el primer escultor argentino no figurativo.
Virgone Lorena, 2009
[1] Oliverio de Allende en Jorge López Anaya “Ritos de fin de Siglo”, Emece, Bsas, 2003, pag. 78. [2] Arturo, año 1, número 1, Buenos Aires, 1944. [3] Manifiesto Intervencionista publicado en el Catalogo de la Muestra de la Asociación Arte Concreto- invención en el Salón Peuser, marzo de 1946 y también publicado en la Revista Arte Concreto-invención, año 1, numero 1, Buenos Aires, agosto de 1946, pág. 8 [4] Agosto de 2004, con motivo de una muestra retrospectiva suya en la Universidad Nacional de Tres de Febrero. [5] Tomas Maldonado, “Actualidad y porvenir del arte concreto”, Nueva Visión, Bsas, 1951, numero 1, págs 5-12 en “Desde la otra vereda: debate por un arte moderno en la Argentina”, Diana Wechsler coordinadora, Editorial del Jilguero, Bsas, 1998, capitulo “Punto y línea sobre el campo” de Gabriela Siracusano, pág. 183. [6] Entrevista de Cecilia Fiel a Enio Iommi. [7] Ibíd. [8] Jorge López Anaya, “Ritos de Fin de Siglo”, Emece, Bsas, 2003, pág. 84. [9] Enio Iommi en Jorge López Anaya, “Ritos de Fin de Siglo”, Emece, Bsas, 2003, pág. 85. [10] Entrevista de Cecilia Fiel a Enio Iommi. [11] Damián Bayon en revista “Ver y Estimar”, numero 6 citada por Alberto Giudici en “La vigencia del arte concreto”, Revista Ñ, 7 de agosto de 2004. [12] Francisco Bullrich en Jorge Romero Brest, “ Arte en la Argentina- ultimas décadas”, Paidos, Buenos Aires, 1969, pág. 34. [13] Jorge Romero Brest, “Arte en la Argentina- ultimas décadas”, Paidos, Buenos Aires, 1969, pág. 36. [14] Jorge B Rivera, “La vanguardia argentina en la década del 40”, Revista Crisis, Buenos Aires, 1972, pág. 60. [15] Orientación, 30 de octubre de 1947. [16] Aldo Pellegrini en Catalogo Grupo de Artistas Modernos de la Argentina, Viau, Galería de arte, junio 1952. [17] Enio Iommi en Jorge López Anaya, “Ritos de Fin de Siglo”, Emece, Bsas, 2003, pág 90. [18] Samuel Oliver, Clarín, 29 de septiembre de 1979. [19] Entrevista de Cecilia Fiel a Enio Iommi.
Bibliografía
Diario La Prensa 18 de marzo de 1946. Fiel, Cecilia, Entrevista a Enio Iommi, 17/8/2004, disponible en: www.untref.edu.ar/documentos/iommi%20entrevista.pdf Giudici, Alberto, “La vigencia del arte concreto”, Revista Ñ, 7/8/2004 Giudici, Alberto, “Tres momentos en la utopía de un artista”, Clarín, 8/9/2001 Manifiesto Intervencionista. Maldonado, Tomás, “Actualidad y porvenir en el arte concreto”, Nueva Visión, número 1, Buenos Aires, 1951. Maldonado, Tomás, “Max Bill” Nueva Visión, Buenos Aires, 1955. Nota explicativa volante de la Tercera Exposición de Pintura- Centro de Profesores Diplomados de Enseñanza Secundaria, septiembre de 1946, disponible en: http://www.buenosaires.gov.ar/areas/cultura/arteargentino/02dossiers/concretos/03docs.php. Perazzo, Nelly, “El arte concreto en la Argentina en la década del 40”, Gaglione, Buenos Aires, 1983. Laurenzi, Adriana, compilación de Historia de las Artes Visuales VI, Cátedra Maria del Carmen Magaz. Lauria, Adriana, “La revista Arturo” en Centro virtual de Arte argentino, disponible en: http://www.buenosaires.gov.ar/areas/cultura/arteargentino/02dossiers/concretos/02historia_3.php López Anaya, Jorge, “Ritos de fin de siglo, arte argentino y vanguardia internacional”, Emece, Buenos Aires, 2003. Siracusano, Gabriela, “Punto y línea sobre el ´campo´” en “Desde la otra vereda: debate por un arte moderno en la Argentina", Wechsler, Diana editora, Editorial del Jilguero, Buenos Aires, 1998. Rivera, Jorge B, “La vanguardia argentina en la década del 40”, Revista “Crisis”, Buenos Aires, 1972. Romero Brest, Jorge, “Arte en la Argentina- ultimas décadas”, Paidós, Buenos Aires, 1969.