por: Fernando Colmán
Si mañana amanece: Sobre la obra de Valeria Franco“Siempre hay que pagar un precio alto por la libertad”— Josefina PláValeria Franco. Cortesía.1. EnunciaciónExiste un camino que atestigua fragmentariamente una lucha contra problemas de desigualdad, que parecieran distantes en el tiempo, pero que adquieren un estatuto, gracias a la práctica artística. Este camino puede trazarse desde un primer punto de partida, las Concepcioneras de 1901, la primera manifestación política de mujeres documentada en Paraguay, citado en el que se cree fue el primer debate sobre feminismo entre Arsenio López Decoud y Cecilio Báez en 1901, pasando por Serafina Dávalos, quien murió sin poder ver hecho realidad el sueño sufragista (Bareiro, et alia, 1993), y por último la obra de Valeria Franco, artista que trabaja el textil como medio de expresión.La temática de estos problemas emergen con fuerza en distintos espectros y por ende, la resistencia frente a los mismos, genera formas estéticas que se actualizan en el tiempo y adquieren vigencia en exposiciones como Oxígeno Feria de Arte 2022, bajo la mirada del circuito artístico y galerístico más importante del Paraguay.La temática de estos problemas emergen con fuerza en distintos espectros y por ende, la resistencia frente a los mismos, genera formas estéticas que se actualizan en el tiempo y adquieren vigencia en exposiciones como Oxígeno Feria de Arte 2022, bajo la mirada del circuito artístico y galerístico más importante del Paraguay.Este tipo de situaciones coinciden en el diálogo con propuestas como la de Claudia Casarino quien expuso en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires este año, y quien encuentra en lo textil una forma elocuente de narrar tanto su historia personal como familiar, sostenida por mujeres e interseccionada por una cultura dominante y violenta (Museo Malba, 2022) o el trabajo desde lo fotográfico documental de Luis Vera en ¿Cómo sería si…? Ejercicios para deshacer omisiones (2020), y otras tantas que podrían asociarse a su exploración (1). Que al final pueden ser definidas como un corpus necesario para la documentación sobre un tema urgente, considerando al Paraguay como un Estado que responde solo a necesidades de sectores conservadores, y en ocasiones no posibilita este tipo de ejercicios de memoria.Esta reflexión, parte de la mirada de la obra de Valeria como un documento. Y se enmarca en la noción de antropología multimodal, desarrollada por la científica cultural alemana Anne Hufschmid, cuyo trabajo Forensic landscapes (2020), permite realizar una visión sensible sobre un tema complejo, como se puede considerar a la “literatura gris” de los ensayos académicos o situaciones traumáticas, que al abordarlas por cuenta propia y en solitario, podría generar un problema en el campo del inconsciente, y un daño aún mayor si existiera un trauma irresuelto. La propia Anne, en un taller para una instancia denominada Mercado de Saberes, organizado por el núcleo de investigaciones sociales y antropológicas (2) de la Freie Universität Berlin en 2022, se refiere a la noción de antropología multimodal en Forensic Landscapes, como una plataforma web en la que el archivo una vez abierto interactivamente, cambia de color, considerando que una vez revelado lo oculto, al igual que en el trabajo de Valeria Franco; El país de las mujeres, la mirada sobre las referentes femeninas de la historia, no son las mismas.Esta noción puede verse además en Estalella (2020), quien sostiene que la misma requiere otros aprendizajes, de comprensión hacia otras formas de relaciones y despliegues de otros modos de asimilar información, y quien citando a Collins, considera que a través de la antropología multimodal “se nos abre la posibilidad de reconsiderar la relación de estos objetos antropológicos con nuestras formas de indagación, publicación e implicación pública” (2017). En otras palabras, el trabajo de Valeria Franco, busca acercar la rigidez de la investigación a una propuesta sensible y de acceso amplio.2. Entrecruces y territorioPor ello, el casi reciente premio recibido a su obra abre la posibilidad de que la misma como un texto, emerja, no quizás desde miradas estrictamente del campo artístico, sino desde la posibilidad de “imaginar sin imágenes”, analizar e identificar procesos sociales que habiliten nuevas reflexiones y permiten resignificar símbolos y nombrar ausencias. Al fin y al cabo, la potencia y el nexo social del arte como lo diría el antropólogo británico Alfred Gell, se encuentra en la capacidad de que las obras actúen como índices, y puedan cautivar, interpelar, conmover o poner en crisis la condición humana en sociedad.Se apela entonces, siguiendo el pensamiento de Sepúlveda, Bustos y Fabres (2017), a un arte que alejado de su rol educativo visibilice estos procesos de intersección y entrecruces, en un acto similar a hilvanar hilos en una tela. Es por esa razón que el premio obtenido, genera una gran posibilidad de enriquecer el trabajo de Franco, dejándose atravesar por la experiencia comunitaria y acentuando su cualidad colectiva y contenedora de nuevos sentires.Valeria, quien asocia su nombre a las mismas siglas de Ave Lira de Christian Kent (2022), el ave capaz de imitar paisajes sonoros, en una lectura poética sobre su condición de persona migrante con el ave que de alguna manera imita por disconformidad, ya que ella en numerosas ocasiones se vio desplazada de diversos sitios en el plano nacional por razones varias y de alguna manera ha aprendido a utilizar el lenguaje a su favor. Ella trabaja el territorio, tanto interno como externo, a partir de la experiencia y la observación silenciosa adquirida en su larga trayectoria en el buró público, cultural y social en Paraguay, pasando por instancias de inestabilidad como la Crisis Política del 2012, que terminaría quebrando el gobierno de Fernando Lugo, y que a su vez se acentuó con la vivencia de ser madre por primera y última vez.3. Bordar la ausenciaDe acuerdo a Agnès Mérat (2020), doctora en filosofía por la UNAM, los textiles bordados han ocupado tradicionalmente un lugar significativo en los ritos funerarios y momentos de duelo. En países como México y Colombia se han formado colectivos de personas que bordan los nombres de desaparecidos a causa del crimen organizado, delincuencia e impunidad. La misma autora, menciona a su vez la dicotomía entre elegir la pluma o la aguja, por un lado escribir, como ejercicio de práctica profesional desde la cual se dicta la ley y el mandato y por el otro el bordado, como una actividad ligada culturalmente al género femenino y a la labor doméstica, alejada del poder político. Siempre con la consciencia de que en un país como el Paraguay, existen naciones con distintas miradas y que el bordado en otras regiones no es algo estrictamente de la mujer. Y ha sido trabajado desde el arte, en personas como Feliciano Centurión, quien considera su trabajo como una enunciación femenina desde lo textil doméstico, en su documental Abrazo íntimo al natural del año 2015 y que ha servido de influencia a Franco.Detalle de la obra El país de las mujeres. Cortesía.Repasando la idea del tejido, podemos considerar que el mismo se lee como portador de pulsiones y sensaciones que forman parte a su vez de un entramado social. En el trabajo de Valeria, son escritos con la aguja e índices que se refieren a mujeres con una fuerte carga histórica, cada punto actúa a su vez como vector ya que a partir de los mismos es posible re-tejer ubicación de estos nombres invisibilizados por el peso de la historia. Valeria, desde una mirada silenciosa, es capaz de crear un conjunto nominal de puntos cardinales en la superficie del ao po’i, en un ejercicio de bordado de nombres que se escamotean entre el olvido y el presente, entre lo que está y desaparece cuando se lo nombra pendularmente.4. El conjuro y la triple acepción del dolorEn un diálogo con el gestor cultural Walter Fernando Díaz, se menciona la cuestión del conjuro en el tejido del ñandutí, que también puede asociarse al bordado, dotando a la ontología del objeto, de un aura de protección. Noción que se basa en el trabajo de Annick Sanjurjo (2015) y el trabajo de tesis de maestría de Alejandra Peña Gill (2022), quien menciona a la labor textil como prácticas hechas a partir de prendas de lujo heredadas de la sociedad europea, que a lo largo del tiempo al pasar al pueblo fueron convirtiéndose en depositarios de una fuerte carga anímica local y por ende, tornándose significativos, y con énfasis en el motivo. Sanjurjo considera que una figuración prestada, no echa raíces a menos que se vea en ella algo que tenga un sentido para quienes la adoptan. La obra de Valeria, se inscribe en esta dinámica en la que una tradición heredada, se deja afectar por significaciones del entorno y se construye colectivamente.En el trabajo de signar nombres femeninos, se puede considerar que Franco, realiza un ejercicio de triple acepción del dolor dotando de esta “significación necesaria” a la práctica del bordado. Primeramente, la alteración del tejido en su forma, las puntadas, que buscan a su vez escribir una traza de memoria en el tejido, quedarán alteradas al momento que los mismos se retiren de la tela, caso similar a la obra Py’apy (2017) de Arnaldo Cristaldo, por otra, los nombres representan un pasado de dolor, Valeria trabaja la alquimia de textos de Barbara Potthast, Ana Barreto Valinotti y Elvira Becerra y Contreras, y ella misma es una alquimista que resignifica el sentimiento punzante, y genera una nueva posibilidad de dinamizar el archivo y así patear el catre al eterno sueño del pensamiento crítico paraguayo, el letargo de la omisión que ventajosa por parte del castillo moral masculino, parafraseando de lejos a Arsenio López Decoud. La última acepción del dolor, para finalizar, en la capacidad del tejido desplegado en apresar el trauma político y social de manera atemporal.Citando al texto de López Decoud, con quien este bosquejo de escritura dialoga, y quien fuera uno de los primeros intelectuales en sensibilizarse por la causa femenina ya en 1900 como se menciona al inicio; todos somos hijos de una generación infausta, Josefina Plá diría en mí habitan siempre mujeres infelices, y masticamos violencia estructural inherente a nuestra condición que la tenemos normalizada, y que cuando intentamos nombrarla, recibimos más violencia, cargada de fundamentalismos, sesgos e información no verificada, en un contexto internacional en el que el autoritarismo está cada vez más explícito y vigente. El trabajo se enuncia entonces desde un problema que como una aguja, intersecciona nuestra realidad, por lo que el mensaje, no debe limitarse solo a un sector.El país de las mujeres. Valeria Franco (2022). Foto de la obra de Fabrizio Úbeda. Oxígeno Feria de Arte. @oxigenoarte5. Porvenir“Hay un deber que a todos nos llama, respondamos”— Carmen Soler.Por último, queda el desafío y la invitación a actuar. Ticio Escobar (2014) considera que la creación artística y simbólica no logra reparar lo acontecido, pero sí generar significados nuevos y otra dimensión de lo posible. Sin embargo sopesa que el arte tiene la aptitud de actuar políticamente sobre la historia y de hacerlo con un sentido ético y responsable, además de la capacidad de trastornar las secuencias cronológicas e identificar potencias que sobreviven en un momento ya acaecido (pág. 23). La creación artística de Valeria Franco, tiene esa capacidad de combinar la investigación e información, con una propuesta estética sensible, que genera una manera diferente de aproximarnos al archivo y generar memoria a partir de un lenguaje oportuno para la resiliencia tanto personal, como histórica. Aunque el desafío sea grande, la invitación a afrontar la cultura está hecha, por más que a medida que nos aproximamos a ella, notemos que su complejidad y profundidad aumenta, es posible hacerla frente con herramientas políticas como la escritura, el arte y la investigación. Afrontar la cultura siempre nos lleva a esa condición que siguiendo a Sepúlveda y Bustos (2017), nos lleva a concluir que ante la complejidad de la realidad, es necesaria otra manera de abordaje, a través del reconocimiento genuino de que ninguna mente que anhele la liberación del ser es más capaz que la de toda una comunidad unida; o convivimos juntos con la tensión o morimos solos. Nos queda entonces el porvenir, en donde estarán las voces que han imaginado una sociedad más libre, mientras el tiempo lo permita, la noche se cuele en nuestro cotidiano, y ahí el alba nos retribuya la claridad; si mañana amanece.Notas :La Municipalidad de Asunción en el año 2012 modificó los nombres de las principales calles de Asunción, colocando en las mismas el nombre de sus madres. De acuerdo al comunicado “Son mujeres que quedaron en el anonimato, pese a su rol histórico”. Recuperado de: https://www.abc.com.py/nacionales/cambian-nombres-de-calles-de-asuncion-402046.htmlPor sus siglas DGSK, Deutsche Gesellschaft für Sozial- und Kulturanthropologie. Recuperado de: http://tiny.cc/MercadoDeSaberesBibliografía:Almada, A. (2015). La cocina de las sombras. Fragmentos de un diálogo errático con Josefina Plá. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=f6m-K-gM5XQBareiro, L. Soto, C. y Monte, M. (1993). Alquimistas. Documentos para otra historia de las mujeres. 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