Puede entenderse como una respuesta a la intensidad vivida por el artista español Marco Godoy en su paso por Chile durante octubre de 2019, y donde a propósito de la contingencia realizó obras vinculadas al estallido social. En ese contexto, la tranquilidad que genera la luz de la exposición nos interpela sobre los afectos, y, más específicamente, sobre hacer política desde los afectos.