Es una retrospectiva de Francisca Benítez desde fines de los 90, cuando se instaló en Nueva York.
A través de diferentes entradas aborda tres ejes que han caracterizado su quehacer: la ciudad; la comunicación en en lengua de señas (y el mundo de los Sordos); y el campo del valle central, que es su lugar de origen y terruño familiar en Chile.
Es un recorrido de mucho trabajo e investigación, creando una imaginería casi topográfica y a la vez sensible, donde los grandes dibujos provocan la impresión de “pisar” la ciudad o “estar allí” en aquello que se relata. Un gran despliegue, ocupando casi totalmente el segundo piso del MAC.
A través de diferentes entradas aborda tres ejes que han caracterizado su quehacer: la ciudad; la comunicación en en lengua de señas (y el mundo de los Sordos); y el campo del valle central, que es su lugar de origen y terruño familiar en Chile.
Es un recorrido de mucho trabajo e investigación, creando una imaginería casi topográfica y a la vez sensible, donde los grandes dibujos provocan la impresión de “pisar” la ciudad o “estar allí” en aquello que se relata. Un gran despliegue, ocupando casi totalmente el segundo piso del MAC.