Desde la confluencia del arte y las tecnologías –analógicas y digitales– los y las artistas proponen distintas reflexiones tecnopoéticas en torno dos ejes conceptuales: futuros especulativos y pasado progresivo. La sala se convierte así en un lugar donde los vestigios se miran a sí mismos en los reflejos especulativos de lo que está por venir, invitando a reflexionar sobre el tiempo marcado por la incertidumbre y la especulación tecnológica.