Fue como si …
mientras conducía por un camino de tierra
mientras conducía por un camino de tierra
el paisaje tuviera una sintaxis
parecida a la de nuestro lenguaje
parecida a la de nuestro lenguaje
y mientras avanzaba una larga frase se iba diciendo
a la derecha y otra a la izquierda y pensé
Quizás el paisaje también puede entender lo que yo digo.
Quizás el paisaje también puede entender lo que yo digo.
Ron Padgett
Después de muchos años de trabajo en la abstracción, con pinturas, con collages, Kirschbaum nos sorprende con una muestra de paisajes. Y no solo eso, abandona la paleta alta que manejaba para incursionar en el monocromo. Suma textura y poesía. Esta nueva materialidad en su obra, esta aspereza (técnicamente trabaja con hojas de lija) ocupa, a mi criterio, el lugar de lo ausente.
En un valle rodeado por montañas, en una depresión, se encuentra la ciudad de Salta. Como puedo observar en otras ciudades del noroeste argentino, esta impronta, esta omnipresencia de la montaña va asociado a un tiempo. Un tiempo más lento, quizá de contemplación, quizá reflexivo. Contemplamos y reflexionamos en silencio. ¿Por qué se elije el paisaje como sitio para la reflexión sobre el silencio? Calderaro se refiere a la construcción del lenguaje aplicado a la palabra paisaje, landscape en inglés. Mientras que la palabra en español tiene su raíz en la palabra país, refiriéndose al sentido de pertenencia a un territorio dado, a un lenguaje común. La palabra en inglés incorpora la noción de punto de vista; aquel desde donde se aprehende el terreno de un vistazo. Así uno podría pensar en el paisaje como aquello que se puede digerir de un vistazo: el propio país, los propios códigos.
En el paisaje abordado por el artista hay una relación subjetiva entre él y el medio en el que vive, relación que se establece a través de la mirada. El paisaje necesita ser pensado para existir. Sin el pensamiento del hombre no existe, sólo existe materia, energía y espacio. De todo lo que se presenta ante nuestro, tenemos tendencia a ver lo que queremos ver. No nos fijamos en lo que no nos conmueve. Con la certeza de que lo visible no es lo real: Aquello visible es sólo conductor de lo real, Fede se permite experimentar, jugar, buscar, construir. Transfiere sus propias características al paisaje. El paisaje entonces adquiere sus propios sentimientos, emociones, afecciones y aversiones. De manera algo encubierta, el paisaje es un autorretrato del artista.
Crea sumergido en el ámbito de la poesía visual, que es ámbito de aquello no verbal y, alejado de aquello estrictamente teórico. Su actividad tiene consecuencias: una obra presente y visible, efectiva, que trae implícitas las ideas expresadas y también las que no se han expresado.
Hugo Albrieu, La Rioja mayo de 2022