DEL ROSTRO A LA MÁSCARA
JUEGOS, OCULTAMIENTOS Y ALTERACIONES DE LA IDENTIDAD
Proyecto para CASA FUGAZ en Monumental Callao, Lima, Perú.
Curaduría: Francis Naranjo, Las Palmas de Gran Canarias. Antonio Guzmán, Chile. Juan Peralta, Perú.
El arte y el tránsito de la visibilidad y la invisibilidad
Esta propuesta proyecta desde las expresiones contemporáneas realizar una mirada urgente y crítica al agudo fenómeno migratorio que se presenta en estos procesos de alteración y transfiguración del individuo.
En el presente contexto mundial, la pandemia, las crisis económicas, los desastres naturales, las guerras, las movilizaciones y migraciones, las transmisiones culturales, entre otros, constituyen causales poderosas que vienen promoviendo estas alteraciones identitarias que conllevan a su vez, a manifestaciones hibridas.
Una mirada crítica a través de diferentes soportes artísticos es proyectada a interactuar en torno al tema de las personas que viven y sufren aventuras extremas, perdiendo en muchas ocasiones su propia vida. Entre esos soportes artísticos, no sólo vamos a contar con obras creativas desde el plano audiovisual, escultórico, fotográfico y documental, sino que estarán presentes otros elementos que han formado y siguen siendo parte de la historia y la cultura de esas personas que viajan hasta nosotras y nosotros.
Por tanto, uno de los elementos que constituye la base de esta muestra y que posee gran sentido simbólico y una enorme fuerza artística, es la máscara. La máscara que como elemento de expresión cultural se halla presente en todas las culturas y ha transitado el tiempo portando tragedias, ironías y esperanzas, conteniendo visiones desde lo histórico social y psicológico, dando cuenta de la idea de la identidad múltiple bajo el sentido de la diferencia.
Extensiones hacia la otredad
Un elemento paradójico en la muestra es el intento de reconocer a ese ser que ha transitado desde el anonimato a través de la historia social y cultural, buscando un reconocimiento y con ello, la construcción de un mundo mejor.
Esos chicos y esas chicas cargan en sus identidades, su destino y personalidad, la fuerza de esos miles y millones de máscaras hechas por sus culturas; máscaras que también, al igual que ellos y ellas, han sido expoliadas desde la acción colonialista saqueadoras de sus riquezas, sus prácticas culturales y sus propias vidas, sometidos bajo el sistema esclavista que se mantiene hasta el día de hoy, bajo estructuras hegemónicas de poder.