Este proyecto es una reflexión sobre la importancia de reconsiderar a la piel como una cubierta sensitiva que conecta a los mundos imaginarios con realidades cotidianas pero activando el concepto desde el anonimato del ser aparente, es decir, tomar a la piel como un señuelo simbólico, que convierte al objeto-personaje en un sujeto alterno y que desde lo abstracto de la forma y sus confines sugestivos puede generar una serie de sensaciones – pensamientos que pueden interconectarse con la inmaginación pregunta concreta de porque la piel necesita ser considerada como una receptora incondicional del sentido o experiencia estética.