Construyo cuerpos. Apelando a la fragilidad del material como el papel, la tela, el vidrio, enfatizando esa fragilidad primaria, humana.
Hago posible que aparezcan los atravesamientos, sus cicatrices, sus hilos y conexiones.
Con la “La trampa del destello”, cautivó mi mirada el brillo de un trozo de vidrio sobre el suelo.
La luz le genera destellos.
El material trae consigo historia, relato, permitiendo inferir algo de alguien, desde el tipo de rotura, su causa, su calidad, su origen.
En la “trampa” se puede leer la trama social, la pertenencia, su linaje como una inscripción simbólica. Números, marcas de automóvil, procedencia.
La rotura fue por consecuencia de un acto violento. Por un acontecimiento fortuito, un accidente, un acto vandálico, etc.
Las marcas están hondo, son indisolubles y necesarias; subyacen la materia.
En su superficie uno puede "verse" porque se espeja.
Se identifica.
Esta relación especular invita a la palabra. Hace hablar. Pudiendo afirmar que es causa del decir.
También invita al tacto.
Corta.
Con la producción artística ilumino lo que nos es oculto, como una narrativa del cuerpo, coloreo, corporizo, quiebro metaforizando las fragmentaciones del cuerpo y del sujeto.
Adriana Carambia